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“Es esencial ofrecer oportunidades reales para aprender y practicar la autodeterminación, especialmente en secundaria”

Karrie Shogren es investigadora en educación especial
y discapacidad intelectual y del desarrollo.
En esta entrevista habla de autodeterminación
en el alumnado de secundaria.

Autodeterminación significa poder decidir sobre tu vida y tus metas.
En secundaria esto es muy importante,
porque es cuando se piensa en el futuro.

En una escuela inclusiva
es necesario trabajar la autodeterminación del alumnado con discapacidad
y dar apoyos personalizados.

Karry explica 3 habilidades básicas para la autodeterminación:
1. Decidir qué es importante para cada persona,
elegir las metas personales.

2. Actuar, poner en práctica las decisiones.

3. Creer en ti, tener confianza
y sentir que puedes cambiar cosas en tu vida

En la autodeterminación las familias, el profesorado
y los compañeros tienen un papel importante.
Los compañeros pueden apoyar,
compartir metas y aprender juntos.
El profesorado y la familia pueden enseñar,
con ejemplos del día a día,
cómo se toman las decisiones

Kerry dice que autodeterminación no es hacer todo solo,
es aprender a apoyarse en otras personas.

Existen herramientas o recursos
para trabajar la autodeterminación en las escuelas.
El profesorado también necesita más formación
para apoyar la autodeterminación del alumnado.

En el caso de las personas con discapacidad,
debemos ofrecer oportunidades y apoyos
para que puedan decidir sobre su vida.
Pueden equivocarse, como todas personas,
pero de los errores también se aprende.

 

Entrevista a Karrie Shogren

Investigadora y profesora estadounidense reconocida internacionalmente en el campo de la educación especial y discapacidad intelectual y del desarrollo. Trabaja en la Universidad de Kansas, donde es profesora del Departamento de Educación Especial y directora del Kansas University Center on Developmental Disabilities (Centro de la Universidad de Kansas sobre Discapacidades).

Karrie Shogren destaca la importancia de fomentar la autodeterminación en el alumnado con discapacidad intelectual o del desarrollo, especialmente durante la educación secundaria. Señala que decidir, actuar y creer son las competencias clave que deben promoverse en este ámbito. Además, resalta la necesidad de ofrecer apoyos y fortalecer la colaboración entre la escuela, la familia y la comunidad, con el fin de garantizar la participación real y significativa de cada estudiante.

¿Por qué considera importante fomentar la autodeterminación en el alumnado con discapacidad intelectual o del desarrollo durante la educación secundaria?

La autodeterminación es fundamental para todas las personas, a lo largo de toda la vida. Significa poder influir en lo que sucede en tu vida, avanzar hacia tus metas y apoyarte en las personas y recursos que son significativos para ti. Durante la educación secundaria esto cobra una relevancia especial: es el momento de planificar el futuro, decidir qué queremos hacer después de la escuela y establecer metas personales. Es una etapa crítica, y por eso es esencial ofrecer oportunidades reales para aprender y practicar la autodeterminación.

En el caso del alumnado con discapacidad intelectual o del desarrollo, esas oportunidades no siempre han existido. Por ello, es clave trabajar la autodeterminación dentro del marco de la educación inclusiva, garantizando apoyos que permitan a todo el alumnado, incluido el alumnado con discapacidad intelectual y del desarrollo, aprender a tomar decisiones, comprender sus derechos y aplicar esas habilidades en su vida cotidiana, familias y comunidades.

 ¿Cuáles son los principales retos que encuentran los estudiantes con discapacidad para desarrollar la autodeterminación?

En toda la investigación y trabajo que hemos realizado, a menudo pensamos en cómo enseñar las competencias en autodeterminación: tener conciencia de las propias fortalezas, tomar decisiones, resolver problemas e identificar objetivos de futuro.

En muchos casos, otras personas toman decisiones por las personas con discapacidad —ya sea por familias o profesorado— con la mejor intención, pero sin dejar espacio para que participen activamente. Es necesario crear oportunidades para que el alumnado practique estas competencias en entornos reales y desarrollen su autodeterminación.

También es necesario personalizar apoyos. Cada persona aprende de forma diferente, por eso, es fundamental ajustar los métodos, formatos y apoyos a sus necesidades. Gran parte de las barreras surgen precisamente cuando no se personaliza este acompañamiento ni se crean oportunidades reales para ejercer una autodeterminación alineada con las necesidades y valores de cada persona.

Con frecuencia, no apoyamos al profesorado para que sepa cómo apoyar la autodeterminación. El profesorado no siempre dispone de herramientas ni estrategias para integrar esta perspectiva en su práctica educativa. Superar esta situación requiere apostar por una práctica basada en la evidencia y por programas de formación dirigidos a docentes, familias y alumnado, que fortalezcan las competencias necesarias para promover la autodeterminación.

 ¿Qué habilidades son clave para fomentar la autodeterminación?

Hablamos de tres grandes áreas: decidir, actuar y creer. Decidir implica aprender a elegir metas y tomar decisiones sobre lo que es importante para cada persona, su familia y comunidad; actuar se refiere a poner en práctica esas decisiones, planificar los pasos y superar los obstáculos que puedan surgir; y creer tiene que ver con la autoconfianza y el conocimiento de uno mismo, es decir, saber quién eres y sentir que puedes provocar cambios en tu vida. En conjunto, estas tres dimensiones conforman el núcleo de la acción en la autodeterminación y pueden propulsarnos a todas las personas hacia nuestras metas.

¿Qué papel tienen las familias, el profesorado y los compañeros en este proceso?

Aunque ya se han mencionado algunos roles clave de familias, profesorado y compañeros —como enseñar, crear oportunidades u ofrecer apoyos individualizados—, también es fundamental practicar y ensayar estas competencias de manera continuada. En este proceso, todas las personas implicadas tienen un papel importante que desempeñar.

Los compañeros y compañeras de clase pueden ser un gran apoyo: el alumnado con y sin discapacidad puede definir metas de forma conjunta y colaborar para alcanzarlas, aprendiendo unos de otros.

El profesorado, por su parte, puede mostrar con su propio ejemplo cómo toma decisiones o planifica, y las familias pueden compartir en casa cómo gestionan estas situaciones cotidianas.

Además, es esencial mantener altas expectativas respecto a las capacidades del alumnado. La autodeterminación no significa independencia absoluta, sino interdependencia: aprender a colaborar, apoyarse mutuamente y defender aquello que realmente importa a cada persona.

¿Qué papel juega el contexto —la escuela, la comunidad, la familia— en este proceso?

El contexto lo es todo: la escuela, la comunidad y la familia. Además, es un elemento dinámico que evoluciona con el tiempo. Por ello, reflexionar sobre la autodeterminación resulta especialmente relevante durante la educación secundaria y en los momentos de transición.

En nuestro trabajo destacamos que las competencias relacionadas con la autodeterminación deben ser transversales y desarrollarse en todos los entornos. Un ejemplo de ello es el Modelo de Enseñanza/Aprendizaje de la Autodeterminación, que enseña al alumnado a establecer metas, planificar acciones y resolver problemas. A través de este enfoque, profesorado, alumnado y familias pueden aprender a identificar objetivos significativos, elaborar un plan de acción y reflexionar sobre los aprendizajes adquiridos. Este modelo se ha aplicado con éxito en centros educativos, en grupos comunitarios de apoyo entre iguales y en contextos laborales.

Lo fundamental es que todas las personas implicadas —docentes, familias, comunidad y alumnado— compartan una comprensión común de lo que significa la autodeterminación y la interdependencia. Somos personas autodeterminadas cuando quienes nos rodean apoyan nuestras metas y contribuyen a hacerlas posibles.

 ¿Existen herramientas o recursos para trabajar la autodeterminación en las escuelas?

Sí. Por ejemplo, el Inventario de Autodeterminación es una herramienta de evaluación que permite conocer las fortalezas y necesidades del alumnado. Está disponible en español. También se ha traducido al español el Modelo de Enseñanza/Aprendizaje de la Autodeterminación y ya se han realizado investigaciones en España sobre su aplicación para mejorar los resultados laborales de las personas con discapacidad.

Además, es fundamental formar al profesorado y al personal educativo para que comprendan qué es la autodeterminación, por qué importa y cómo fomentarla en cada estudiante. Promoverla mejora significativamente los resultados académicos y de vida.

Y, sobre todo, debemos recordar que la autodeterminación no significa hacerlo todo en soledad. Significa saber qué apoyos necesitas, pedirlos y utilizarlos para avanzar hacia tus metas personales.

¿Cómo se relacionan el autoconocimiento, la autoaceptación y la autodeterminación? ¿Qué aspectos son importantes desde la infancia? ¿Cómo equilibrar protección y autonomía?

La autodeterminación supone conocerse, aceptarse y comprender las propias fortalezas y capacidades. No es posible separar el autoconocimiento, la autoaceptación o la identidad personal del desarrollo de la autodeterminación.

Por ello, es importante trabajar estos aspectos desde la infancia. Desde edades tempranas, los niños y niñas pueden aprender a elegir, expresar sus preferencias y tomar pequeñas decisiones. Estas primeras experiencias sientan las bases para el desarrollo posterior de la autodeterminación, que se fortalece durante la adolescencia y continúa a lo largo de toda la vida adulta con apoyo de familias y comunidades.

En cuanto al equilibrio entre protección y autonomía, todas las personas tienen derecho a la dignidad del riesgo: a tomar decisiones, equivocarse y aprender de ello. Se trata de crear espacios seguros para explorar y asumir riesgos, comprendiendo que equivocarse forma parte del aprendizaje; ¡todos seguimos creciendo!

Todas las personas contamos con redes de apoyo, pero, en última instancia, cada persona decide sobre su propia vida. En el caso de las personas con discapacidad, debemos garantizar ese mismo equilibrio: ofrecer oportunidades reales para decidir y asumir riesgos, con los apoyos necesarios para que esas experiencias conduzcan a resultados positivos.

 

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