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“Personas Accesibles”, Gorabide

La asociación Gorabide tiene un programa titulado Personas accesibles.

Decimos que una persona es accesible cuando es respetuosa, amable y cercana.

También cuando tiene paciencia y  explica con claridad.

 

Este programa quiere conseguir que las personas

que atienden al público

sean más accesibles.

Las personas con discapacidad son formadoras

y enseñan al personal de atención al público

cómo ser personas más accesibles.

 

Ya han formado a más de 600 profesionales de atención al público

de diferentes entidades.

Por ejemplo, profesionales de Diputación Foral de Bizkaia,

del Museo Guggenheim, de  Metro Bilbao, de Kutxabank y de Euskaltel.

 

Gorabide cree que los entornos y las personas deben ser accesibles

y que para lograrlo todas las personas deben colaborar.

 

Bajo el epígrafe “Sembramos inclusión”, FEVAS ha recopilado buenas prácticas desarrolladas por sus entidades asociadas con el objetivo de poner en valor el decisivo papel que el movimiento asociativo y las propias personas con discapacidad han tenido en la construcción de una sociedad más inclusiva. Una de estas experiencias transformadoras es “Personas Accesibles” de Gorabide, un programa en el que las personas con discapacidad intelectual ofrecen formación a personal de atención al público para promover así sus actitudes accesibles. Juan Cruz Baranda y Diana Cabezas, participantes en este programa, explican los detalles.

En Gorabide han definido a las personas accesibles como “aquellas que quieren cambiar su entorno, hablan para ser entendidas, dejan participar a las demás, explican de forma cercana y natural, acompañan la comunicación verbal con no verbal como sonrisas o contacto visual, formulan preguntas cortas y directas, dejan tiempo para responder, saben ponerse en lugar del otro, son amables, respetuosas, pacientes, flexibles, valientes y sinceras”. Unas personas que cada vez abundan más, pero que en esta asociación se han propuesto multiplicar.

Este programa de sensibilización y formación se fundamenta en el derecho a la accesibilidad, recogido en el artículo 9 de la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. “Todas las personas tenemos derecho a acceder a oficinas, hospitales, centros culturales o supermercados y a una información escrita o hablada más fácil de entender, pero también las personas podemos ser más accesibles”, explica Juan Cruz.

En este sentido, Diana pone el foco en las barreras actitudinales. “Son invisibles pero muy relevantes, y para superarlas debemos considerar sus tres componentes: el cognitivo, referido a las ideas preconcebidas que tenemos sobre los diferentes aspectos de nuestra vida; el afectivo, relacionado con las emociones que acompañan a estas ideas; y el conductual, que en parte viene determinado consciente o inconscientemente por la emoción y las ideas”. Añade que sobre esta cuestión son impactantes los datos de un informe, realizado en Gran Bretaña por Auden y Mc Carthy, que apuntan a que un 67% de la población dice sentirse incómoda hablando con una persona con discapacidad intelectual; un 21% ha evitado conversar con ellas por no sentirse cómoda o segura sobre cómo comportarse; y a un 43 % les preocupa hacer o decir algo inapropiado cuando conversan con una persona con discapacidad intelectual. “Todo ello nos llevó a la conclusión de que podíamos actuar en dos frentes, por una parte, mejorar la información que la sociedad tiene sobre la discapacidad intelectual y, por otra, incrementar las oportunidades de interacción entre ambas personas en contextos cotidianos”. Así pues, “cuantas más posibilidades tengamos de interactuar en nuestra vida diaria con personas con discapacidad intelectual, más posibilidades tendremos de despertar actitudes positivas hacia ellas. Por lo tanto, queríamos trabajar en cómo llegar a ser, o cómo aprender, y mantener unas determinadas actitudes para ser personas accesibles”.

Juan Cruz expone que como paso previo preguntaron sobre las cualidades que definen a las personas accesibles. Con la respuesta de 88 personas -entre profesionales, familias, estudiantes y personas con discapacidad intelectual- concretaron sus rasgos. Era una información muy útil que les sirvió para diseñar la formación que las personas con discapacidad intelectual imparten a personal de atención al público.

A través de este Programa, financiado por BBK, Gorabide ha potenciado las actitudes accesibles de casi 600 profesionales de diferentes perfiles pertenecientes a ocho entidades referentes en Bizkaia, como Diputación Foral de Bizkaia, el servicio BetiON, Bilbao Turismo, Itsasmuseum, Museo Guggenheim, Metro Bilbao, Kutxabank y Euskaltel.

Esta iniciativa pone en evidencia que tan importante como los entornos son las personas, y  apela a todas involucrarnos en el cambio. En palabras de Juan Cruz: “Nos interesan los cambios que mejoran nuestra calidad de vida y queremos ayudar para hacerlos posible”.

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