Bajo el epígrafe “Sembramos inclusión”, FEVAS ha recopilado buenas prácticas desarrolladas por sus entidades asociadas con el objetivo de poner en valor el decisivo papel que el movimiento asociativo y las propias personas con discapacidad han tenido en la construcción de una sociedad más inclusiva. Una de estas experiencias transformadoras es “20 años de los grupos de autogestores y autogestoras”, grupos que se han convertido en uno de los pilares de la participación de las personas con discapacidad intelectual en la asociación.
Laura Lajas, miembro de estos grupos
En 2018 Apdema celebró el 20 Aniversario de sus grupos de personas autogestoras con una gran fiesta que fue organizada con enorme ilusión por todas ellas. Este programa de autogestores y autogestoras de Apdema, pionero en el Estado, nació en 1998 con el fin de empoderar a las personas con discapacidad intelectual, fomentar sus derechos y participación en todos los ámbitos. 20 años bien merecían una conmemoración especial.
Como explica Laura, “teníamos claro que íbamos a celebrar este Aniversario, así que empezamos a trabajar en su organización en 2017. Pensamos en qué hacer, y lo primero fue crear una comisión de 17 personas en la que estaban representados los 5 grupos de autogestores, también participaba nuestra persona de apoyo. Nos reuníamos una vez al mes, o incluso más, para decidir la fecha, el hotel, las personas invitadas, la música, la invitación, preparar los vídeos y PowerPoint…”. El 23 de junio fue el día elegido para una conmemoración que reunió a 120 personas. “Comenzamos con una jornada de trabajo y la fiesta fue por la tarde”, dice.
Estos 20 años de trayectoria han dado para mucho: participación en Encuentros de personas Autogestoras de la zona norte; Encuentros con familias; creación de nuevos grupos en Amurrio y Laudio… En 2004 publicaron su boletín ECOS y en 2005 viajaron a Estrasburgo para llevar su voz a Europa y también organizaron el primer Encuentro FEVAS de personas autogestoras. Su participación en los diferentes ámbitos ha ido creciendo cada año, se las puede ver como hospitaleras en albergues del Camino de Santiago, ofrecen charlas de sensibilización en centros de salud y educativos, han creado clubs de lectura fácil, hacen voluntariado y son parte activa en algunos foros de participación ciudadana.
La presencia social de las personas autogestoras es, sin duda, una semilla de inclusión que ha ido germinando hasta hacer una sociedad un poco mejor y más respetuosa con los derechos de las personas con discapacidad intelectual.